Desde el pasado 8 de febrero que quiero escribirlo pero no me gusta el resultado. Al estilo del maestro Rosendo, me defiendo con la goma de borrar, en este caso con el control Z del teclado…
Hay caminos directos como: Fallece la voz de las retransmisiones del Concierto de Año Nuevo... Que tanto me enfadó al leerlo. Aunque el director de este año de la Filarmónica de Viena también se llevó su parte, titular: El novio de Fulanita (conocida modelo) dirige el Concierto de Año Nuevo en Viena ¡Incontestable!
Desde que se fue, el espacio de tiempo entre las 16:00 y las 19:00 horas de los sábados y domingos es un tiempo dedicado a Mahler, una de sus especialidades de estudio.
Cuando le escuché por primera vez arqueé las cejas, en mi parte barrial subversiva surgió el chiste ¡Corcho, el repelente Niño Vicente! Pero el Sabiondo me ganó por la mano. Me ganó su entusiasmo, el detalle expositivo, la profundidad de sus conocimientos, su guion radiofónico sin tachaduras. Acabé estimando esa voz que a veces era la de un niño sorprendido por las maravillas que tenía ante él y que compartidas con nosotros hipnotizaban sin remedio.
Tuve la fortuna de hablar con él en alguna ocasión promocional, discos, ciclos musicales, revistas. Me encantaba escucharle, él también escuchaba con el interés que promovemos los heterodoxos, los que trabajamos en tierra de nadie porque Rosendo y Mahler así nos los demandan…
Aún espero escuchar su voz las tardes de los sábados y domingos… No será.
Nos dejas excesivamente pronto. Te recordamos, amigo, sabio, maestro. Siempre, gracias.
Rauluz, Vallecas. Madrid 2017
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