… Más tarde, con toda esta sabiduría, talentos y conocimientos acumulados terminé actuando en garitos y tablaos flamencos de Madrid…
Esa madrugada estoy charlando con Miguel cuando llegan un grupo de músicos. De inmediato me llama la atención un hombre delgado, rubio y desde luego guiri. Ya le llaman Pollito, creo, y trabaja en el Tablao de Los Canasteros, creo. No me asombra que sea currante de un tablao, recientemente he hablado con un gran guitarrista flamenco ¡japonés! que, en contacto casi exclusivo con gitanos, habla caló.
El Pollito al acercarse a la esquina de la barra a hablar con Miguel con absoluta naturalidad me incluye en la conversación. Miguel se mueve para echar un vistazo por el local y John, así se llama, y yo seguimos charlando. Hablamos de vinos blancos, California, las similitudes con España. Su periplo por Nueva York, Granada… Todo lo narra con gran sencillez y simpatía. En un momento de la charla se acerca un compadre y nos dice vamos a tomar algo, el vamos me invita. Me miro los pies, llevo zapatillas, solo iba al Candela a tomarme un vinillo blanco y comprar tabaco…
John lo tiene claro, vamos los que vamos.
Lo que más me asombra de la noche es que hay tantos sitios abiertos como de día, igual más. La Casa de Granada, barecitos en la zona del Rastro… Son las 12 del medio día y seguimos en la calle, John y sus colegas no han parado de contar anécdotas, cantar alto donde se puede alto y bajito donde se pide discreción. Toda una experiencia que se repite en muchas ocasiones. Salimos del Candela un pequeño grupo que acaba en la mañana mucho más numeroso, John habla inglés y ¡Claro!...
John, Pollito de California siempre me acompaña de vuelta a casa, nos despedimos en la esquina de Calvario con Olmo, se cerciora de reojo de que llego al portal y se va con su guitarra y una gran sonrisa que nunca le abandona.
El otro día fui a una cafetería a comer algo. Había gente comiendo, bebiendo, charlando; era un sitio sin pretensiones, sencillo y corriente, un lugar acogedor con gente con aspecto familiar. Hay sitios así por todas partes y gente así por todo el mundo.
Ahora el Pollito va ocupando su lugar como artista flamenco. Su enfoque del arte comparte las dos orillas. En su voz hay ecos de Bambino, Manolo Caracol… pero también de Rosendo, Robe Iniesta… Los ecos del country y el blues rural, todo ello basado en las formas más estrictamente flamencas, como bien dice Enrique Morente cuando se le pregunta por sus trabajos experimentales: Yo todo lo canto desde las normas del flamenco. Esto puede aplicarse también al Pollito.
Ya como artista profesional tuve que crear un tipo de espectáculo para interpretar de la mejor manera posible mis canciones en un escenario. Siguiendo los consejos de Enrique Morente, debía empezar con algo serio. Tras esto iría desarrollando la actuación y metiendo más caña al ritmo de las copas que tomaba el público, o sea, me iba degenerando poco a poco; una especie de degeneración progresiva…
Su primer disco De California a Granada, llevó seis años ponerlo en el mercado.
Ahora Ediciones Amargord publica el disco-libro Entre dos mundos between two world el Pollito de california que cuenta en primera persona su vida... Y la canta.
Las claves biográficas de El Pollito, se encuentran en esta publicación. Todas las anécdotas de su vida cierta, por más que parezca una leyenda. Su arte flamenco cantado con seriedad y gracia y su visión del country y el blues. Ahora que los años han enronquecido de jondura real su garganta, es un placer realizar con él este viaje lector y auditivo en una publicación que es un hallazgo. Entre dos mundos con toda la personalidad de John M. Lane El Pollito de California… Y Granada.
John M. Lane de su disco-libro:
Entre dos mundos Between two world, el pollito de California. Ediciones Amargord
Entre dos mundos Between two world, el pollito de California. Ediciones Amargord
Tarde en la noche, camino de la madrugada. Fin de semana. Puedo irme a la cama a una hora parecida a la de la mayoría de las gentes, pero, ¿porqué? Y sobre todo para qué. El ritmo es nocturno. Ya está. Tengo poco tabaco; a escasos 25 metros está mi segunda casa en el barrio, el Candela. A mediados de los 80 el local es famoso entre los artistas flamencos y los allegados del arte, en pocos años se hace difícil dar un paso por el lugar abarrotado de artistas, lugareños y foráneos. Hasta dos cancerberos como dos torres tiene ahora ante la puerta, en el mismo lugar que ocupó la tinaja de barro que ya no está.
Es un fin de semana cualquiera y voy al Candela que seguro que a esas horas esta de lo más apañao. Y sí, hay parroquianos pero aún falta la guinda. La llegada de los currantes de los tablaos. Ahora les toca a ellos la fiesta sin espectadores.Esa madrugada estoy charlando con Miguel cuando llegan un grupo de músicos. De inmediato me llama la atención un hombre delgado, rubio y desde luego guiri. Ya le llaman Pollito, creo, y trabaja en el Tablao de Los Canasteros, creo. No me asombra que sea currante de un tablao, recientemente he hablado con un gran guitarrista flamenco ¡japonés! que, en contacto casi exclusivo con gitanos, habla caló.
El Pollito al acercarse a la esquina de la barra a hablar con Miguel con absoluta naturalidad me incluye en la conversación. Miguel se mueve para echar un vistazo por el local y John, así se llama, y yo seguimos charlando. Hablamos de vinos blancos, California, las similitudes con España. Su periplo por Nueva York, Granada… Todo lo narra con gran sencillez y simpatía. En un momento de la charla se acerca un compadre y nos dice vamos a tomar algo, el vamos me invita. Me miro los pies, llevo zapatillas, solo iba al Candela a tomarme un vinillo blanco y comprar tabaco…
John lo tiene claro, vamos los que vamos.
Lo que más me asombra de la noche es que hay tantos sitios abiertos como de día, igual más. La Casa de Granada, barecitos en la zona del Rastro… Son las 12 del medio día y seguimos en la calle, John y sus colegas no han parado de contar anécdotas, cantar alto donde se puede alto y bajito donde se pide discreción. Toda una experiencia que se repite en muchas ocasiones. Salimos del Candela un pequeño grupo que acaba en la mañana mucho más numeroso, John habla inglés y ¡Claro!...
John, Pollito de California siempre me acompaña de vuelta a casa, nos despedimos en la esquina de Calvario con Olmo, se cerciora de reojo de que llego al portal y se va con su guitarra y una gran sonrisa que nunca le abandona.
El otro día fui a una cafetería a comer algo. Había gente comiendo, bebiendo, charlando; era un sitio sin pretensiones, sencillo y corriente, un lugar acogedor con gente con aspecto familiar. Hay sitios así por todas partes y gente así por todo el mundo.
John M. Lane de su disco-libro:
Entre dos mundos Between two world, el pollito de California. Ediciones Amargord.
Entre dos mundos Between two world, el pollito de California. Ediciones Amargord.
Ahora el Pollito va ocupando su lugar como artista flamenco. Su enfoque del arte comparte las dos orillas. En su voz hay ecos de Bambino, Manolo Caracol… pero también de Rosendo, Robe Iniesta… Los ecos del country y el blues rural, todo ello basado en las formas más estrictamente flamencas, como bien dice Enrique Morente cuando se le pregunta por sus trabajos experimentales: Yo todo lo canto desde las normas del flamenco. Esto puede aplicarse también al Pollito.
Ya como artista profesional tuve que crear un tipo de espectáculo para interpretar de la mejor manera posible mis canciones en un escenario. Siguiendo los consejos de Enrique Morente, debía empezar con algo serio. Tras esto iría desarrollando la actuación y metiendo más caña al ritmo de las copas que tomaba el público, o sea, me iba degenerando poco a poco; una especie de degeneración progresiva…
John M. Lane de su disco-libro:
Entre dos mundos Between two world, el pollito de California. Ediciones Amargord.
Entre dos mundos Between two world, el pollito de California. Ediciones Amargord.
Su primer disco De California a Granada, llevó seis años ponerlo en el mercado.
Ahora Ediciones Amargord publica el disco-libro Entre dos mundos between two world el Pollito de california que cuenta en primera persona su vida... Y la canta.
Las claves biográficas de El Pollito, se encuentran en esta publicación. Todas las anécdotas de su vida cierta, por más que parezca una leyenda. Su arte flamenco cantado con seriedad y gracia y su visión del country y el blues. Ahora que los años han enronquecido de jondura real su garganta, es un placer realizar con él este viaje lector y auditivo en una publicación que es un hallazgo. Entre dos mundos con toda la personalidad de John M. Lane El Pollito de California… Y Granada.
RauLuz. Vallecas 2008
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