El sufragio universal, mientras sea ejercido en una sociedad en que el pueblo, la masa de los trabajadores estén económicamente dominados por una minoría detentadora de la propiedad y del capital, por independiente o libre que sea por otra parte o que lo parezca desde el punto de vista político, no podrá nunca producir más que elecciones ilusorias, antidemocráticas y absolutamente opuestas a las necesidades, a los instintos y a la voluntad real de las poblaciones.
Bakunin, El imperio knuto germánico o. c., tomo 2, p. 68. 1871
RauLuz, Vallecas. Madrid 2012
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