Amparo Sánchez lleva consigo alma
de cantaora. La que ha desarrollado paso a paso en todos estos años de labor,
no diremos que incansable pero si persistente, constante. Su creación pública
no tiene fisuras y la que guarda para sí, en su mesa de trabajo, nos deja
intuir que puede perfectamente no añadir ni una sola nota más a lo ya
hecho ofreciéndonos, con esas reservas,
novedades cada poco tiempo, así es su capacidad de trabajo, la que han
percibido con inteligencia los creadores jóvenes de tantos lugares que tienen
en ella un aval, una fuente de intercambio y ayuda.
Creadora, intérprete, productora,
reparte su tiempo entre los diversos proyectos en los que participa con la
misma intensidad en todos y cada uno de ellos.
Amparo atrae en su sonrisa, en su
forma clara de hacer y decir. A tres años vista de su primer disco como Amparo
Sánchez, Tucson-Habana, con la incorporación a ese proyecto del grupo Calexico,
repasamos con ella el producto de su segundo trabajo que se acaba de publicar:
Alma de cantaora, obra coral que llevada por su instinto, conocimiento de la
creación musical y rodeada de un equipo a su altura es, una vez más, un trabajo
brillante.
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