2 ago 2013

El moll de l'os

   Hace años que pienso que lo que Louis Armstrong grabó a finales de la década de los años veinte del siglo pasado, sus Hot Quintet y sus Hot Seven, es la esencia de buena parte de la música occidental que ha venido desarrollándose hasta nuestros días. Esa manera de ordenar el jazz y de colocar al solista como epicentro de la interpretación, esa manera de atacar el fraseo de la trompeta y ese swing, creo que fueron pilares fundamentales de casi todo lo que vendría después. Nueva Orleans tuvo que ser en aquellos años un lugar fantástico donde, a buen seguro que los músicos que pisaban sus calles no sospechaban el poso de lo que estaban generando, en una ciudad criolla donde nada es puro, todo es hijo del ir y venir de los viajeros. La música no podía ser menos y aunque tal vez si, tal vez el jazz se gestó allí, pero como consecuencia del ragtime, del góspel, del blues, de la influencia de la música popular europea y... de Cuba. Sin entrar en detalles musicales técnicos que demuestran claramente que los músicos de Nueva Orleans del 1900 y alrededores se impregnaron del ADN que les llegaba de Cuba, me gustaría dejar constancia en este Caminante-Blog, -por favor, que alguien le dé ya a Luz Élez un programa de radio-, de que en mi opinión gran parte de las influencias transferidas pasan por la mano izquierda de los pianistas, si, la que parece que no suena tanto pero aguanta el groove, la que no brilla en los solos pero es responsable del ritmo, la que parece que no está pero si la quitas se cae todo. Jelly Roll Morton, Professor Longhair, Allen Toussaint, James Booker, Dr. John... Todos ellos en algún momento tienen ese toque mestizo entre el jazz, el son, el blues y la habanera.
 Jon Cleary es un pianista de origen inglés, pero con un pie y medio en el Delta del Mississippi. El tipo ha pasado buena parte de su vida estudiando la música de Nueva Orleans. Siete minutos y cuarenta y siete segundos extraídos de un documental post-Katrina para explicar lo que los catalanes llamamos el moll de l'os, para entendernos, lo que literalmente llamamos la médula ósea, pero en realidad cuando usamos esta expresión nos referimos a la esencia, la síntesis o... Hasta los tuétanos. El vídeo está en inglés, pero la música es un lenguaje universal y a veces con escucharla basta.


Tony Pedrol. La Teoría del Taburete. Barcelona 2013


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Suscribo lo de dar un programa a Luz Élez (Que Dios nos oiga).
Excelente entrada.
Abrazos
Alberto L.

Toni Pedrol dijo...

La esperanza sigue viva Alberto. Como sigue viva la de recuperar a los propietarios de otras orejas caminantes, que a buen seguro desconocen la existencia de este blog.
Cundi Lauper acaba de cantar Time After Time y una voz firme pero cercana, como de la familia dice algo así como: -buenas madrugadas, aquí empieza Caminando sobre la luna. Juan Orejudo en los controles...-¿Te acuerdas tio?

Anónimo dijo...

Me acuerdo Toni, me acuerdo. Y me parece mentira que haya existido una radio así