Tenía que pasar ¡Al fin! Tras el aburrimiento constante de impugnar una y otra vez las acusaciones de propiedad sobre el copyright en nuestro Caminando sobre la Luna en Youtube nos encontramos hoy con esta noticia:
Parece que al fin se le han hinchado las narices a la oficialidad europea y van a poner un poco de freno a las multinacionales de la cosa de los derechos de autor.
Resulta que nosotros no tenemos ningún trabajo ajeno subido a Internet que son contenidos libremente ofrecidos por sus autores y creadores, que nos cuesta nuestras horas de fotos, grabaciones de vídeo y montaje posterior ir publicando las entrevistas, las ruedas de prensa, los clips musicales originales para, al final, tener que soportar que Youtube, I Tunes, Orchard y otros satélites te casquen en el canal su publicidad, sin permiso de los autores, que en este caso somos nosotros solitos.
De nada vale impugnar constantemente el abuso de colocar publicidad dentro del vídeo, por supuesto sin que se nos ofrezca la compensación económica correspondiente por ello, de nada vale impugnar una a una las acusaciones de uso de copyright ajeno, ellos a lo suyo.
La última impugnación de Youtube es tan desternillante que si no lo leemos en el mensaje que nos enviaron y nos dicen que le ha pasado a otro, seguro que le tachamos de fantasma. Se nos habla de coincidencias de copyright a ¡Una rueda de prensa! Podéis reír todo lo que queráis.
Mis derechos son míos y los tuyos también. O parecido: Tu curra, curra que yo me llevo la pasta. Y ciscarse en todo lo que se menea no es consuelo aquí.
Afuera, incluso a través de los ventanales cerrados, el mundo parecía frío. Calle abajo se formaban pequeños torbellinos de viento y polvo; los papeles rotos subían en espirales y, aunque el sol lucía y el cielo estaba intensamente azul, nada parecía tener color a no ser los carteles pegados por todas partes. La cara de los bigotes negros miraba desde todas las esquinas que dominaban la circulación. En la casa de enfrente había uno de estos cartelones. EL GRAN HERMANO TE VIGILA, decían las grandes letras, mientras los sombríos ojos miraban fijamente a los de Winston. En la calle, en línea vertical con aquél, había otro cartel roto por un pico, que flameaba espasmódicamente azotado por el viento, descubriendo y cubriendo alternativamente una sola palabra: INGSOC.
A lo lejos, un autogiro pasaba entre los tejados, se quedaba un instante colgado en el aire y luego se lanzaba otra vez en un vuelo curvo. Era de la patrulla de policía encargada de vigilar a la gente a través de los balcones y ventanas. Sin embargo, las patrullas eran lo de menos. Lo que importaba verdaderamente era la Policía del Pensamiento.
A lo lejos, un autogiro pasaba entre los tejados, se quedaba un instante colgado en el aire y luego se lanzaba otra vez en un vuelo curvo. Era de la patrulla de policía encargada de vigilar a la gente a través de los balcones y ventanas. Sin embargo, las patrullas eran lo de menos. Lo que importaba verdaderamente era la Policía del Pensamiento.
Ediciones Destino. Col Áncora y Delfín. Vol 66
Lagartija Nick. El signo de los tiempos
Vídeo clip de Javi: unarosaalforn
RauLuz, Vallecas. Madrid 2011
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