Murió atropellada por un tren la galga que saltó a los túneles del Metro de Madrid y que no pudo ser rescatada por la negativa de la dirección de Metro a dar permiso a expertos en estas situaciones para que pudieran buscarla en las vías entre las estaciones de Sainz de Baranda e Ibiza, todos ellos pertenecientes a colectivos de defensa animal con sobrada experiencia en estos casos. Tres días vagó la pobre perra por los túneles de Metro, tres días terribles que pudieron acortarse permitiendo el rescate del animal.
Y con grave disgusto pertenezco a la raza que se ha desentendido de un ser vivo al que se pudo salvar fácilmente. No me queda más espacio al disgusto y no tengo más palabras ¿Para qué?
Diva y Beltxa, dos soles |
RauLuz, Vallecas. Madrid 2013
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